En la actualidad el proceso educativo ha tenido un cambio significativo, tanto para el alumno como para docentes y padres de familia.
El proceso educativo es un trabajo en conjunto en donde el alumno es la base del proceso alrededor de él gira el trabajo y dedicación de docentes quienes juegan el papel de facilitadores y orientadores que guían los procesos académicos, a través de ellos los alumnos son capaces de discernir, comprender, analizar y comprender los diversos factores para desarrollarse en su entorno y los padres de familia son la base moral, espiritual que guían al alumno a ser mejor persona con valores para hacer cambios reales en su vida.
Cada uno de los 3 actores mencionados no funciona trabajando de manera individual, uno complementa al otro para lograr el objetivo deseado y alcanzar el éxito, la responsabilidad no es solo del alumno al aprender, ni del docente al transmitir conocimientos, ni del padre de familia de dar al alumno la educación.
El porcentaje de responsabilidad de cada uno de los actores del proceso educativo es de 33% en cada uno, no puede funcionar cada uno trabajando por si solo, todo el esfuerzo y trabajo que se realiza debe ser en favor del alumno, es él el actor principal, considerando que es quien se está formando como profesional y persona, es importante recalcar la importancia de estos 3 pilares en la educación, si queremos que el cambio sea realmente significativo nos debemos comprometer a dar lo mejor de cada uno en el proceso impactando de manera positiva y logrando el cambio de pensamiento y actitud de las personas en cuanto a los problemas y acontecimientos que día con día se deben afrontar.
Las personas más exitosas son aquellas que se comprometen y se esfuerzan día con día a crear un cambio, a ser diferentes, mejores y más preparadas para facilitar la interacción en su entorno, logrando así una comunidad más independiente y desarrollada.
Pedagoga Elsa Flores – Coordinadora Jornada Matutina